30 ago 2011

Antonio Martinez Ares (Segunda Parte)

En este artículo seguiremos contando la vida carnavalesca de Antonio Martinez Ares y es que tras años intentando dar aires frescos a la comparsa, tuvo su mayor reconocimiento en el año 1993, para la que sería su décima comparsa, Martínez Ares pensó en un tipo de hombres vagabundos, y los tituló “Los Miserables”, como la famosa obra de Víctor Hugo. Fueron a darlo todo al falla y se llevaron por primera vez el primer premio. Ese año nació una dura polémica por una letra contra el papa que hasta el día de hoy es conocida, y le persigue por donde va.

Al siguiente año les tocaba demostrar que su triunfo no era flor de un día, y eso fue lo que hicieron. “La Ventolera” resultó ser una de las mejores comparsas de Martínez Ares, gracias a ella consiguieron por segundo año consecutivo el primer premio. El tipo eran veletas que estaban pendientes de los vientos que pasaban por Cádiz. Ese año, y como ya venía siendo normal, Martínez Ares volvió a dejar otra letra polémica, en este caso contra la fiesta de los toros, aparte de dejar una bellísima letras al paso de los años en una pareja, incluso tuvo ánimos para escribir una letras al nazareno, debido a que fue expulsado de la cofradía tras el revuelo de su letras contra el papa del año anterior.

Tras tocar el cielo durante dos años consecutivos, Martínez Ares ya estaba consagrado como un gran autor en el carnaval de Cádiz, y su comparsa se había convertido en la más esperada en el concurso. En 1995 se cumplían 20 años de la muerte de Paco Alba, el padre de la comparsa, y Martínez Ares quería rendirle su propio homenaje, titulando a su comparsa de ese año “El Brujo”, tal y como era conocido Paco Alba. Ese año destacó su presentación, su estribillo, y su entradilla a los pasodobles, donde usaba letras de Paco Alba de otras comparsas referente al tema que iba a hablarse en el pasodoble. La comparsa podría haber ganado el primer premio si no fuera porque ese año se les cruzó por delante Quiñones, que consiguió el primer premio con “Charrúas”.

Durante el verano de 1995 se produciría una fuerte pelea en el grupo, lo que hizo que algunos dejarán la comparsa, y que Martínez Ares tuviera que buscarse nuevos integrantes para el carnaval de 1996.

Ese año vistió la comparsa de soldados, pero soldados de Cádiz, ya que en sus ropas estaban compuestas por piedras de las playas de Cádiz. “La Trinchera” se hizo llamar ese año, y con un repertorio correcto, consiguió llevarse su tercer primer premio. Ese año también dejó un pasodoble que daría que hablar, en este caso trataba sobre la homosexualidad.

En 1997, se anuncia que ese año sería el pregonero de las fiestas Antonio Martín, el cual los últimos años había sido superado por Martínez Ares. Pero ese año le tocó a Antonio Martín vencer, que con sus “Buscavidas” consiguió volver a ganar tras varios años quedando tercero. Martínez Ares llevó al falla “El Vapor” metiendo en el falla una gran locomotora que llamó especialmente la atención. “El Vapor” fue un segundo premio después de la comparsa de Antonio Martín, y en la final, Martínez Ares le dedicó un pasodoble al pregonero, cerrando cualquier mala relación que pudieran tener que por bocas de los aficionados se había rumoreado.

Para el carnaval de 1998, Martínez Ares recurrió a una idea simple pero muy efectiva, vestir a su comparsa de piratas. Tan eficaz fue, que “Los Piratas” se ha convertido en su comparsa más significativa, a parte de ser de las mejores que han pasado por las tablas del falla. Por cuarta vez consiguen el primer premio, y de ese año se quedó para la historia el pasodoble de la mujer maltratada que mata a su marido, entre otros grandes pasodobles.

El año de 1998 produjo un gran incremento de popularidad para la comparsa, y no solo en Cádiz, sino fuera de la ciudad también. Pero tras disfrutar del éxito de “Los Piratas” tocaba ponerse de nuevo el mono de trabajo, y para el carnaval de 1999, Martínez Ares se le ocurre la idea de presentar “Los Templarios”, guerreros de la orden del temple, pero gaditanos, ya que en sus escudos llevaban una imagen característica de Cádiz. Pasaron por el falla y solo pudieron obtener un tercer premio, a pesar de que se esperaban más, pero el listón, tras “Los Piratas” estaba muy alto.

Para el año 2000 se produce un gran cambio para su vida, acepta entrar en la dirección de la Asociación de Autores del Carnaval, y tras hacer algunos cambios (los cuales se rigen actualmente y todos están contentos con ellos), a los demás autores no le sientan bien, así que se ponen en su contra. Ese año sacó “La Milagrosa”, hombres que van en un carromato vendiendo milagros a Cádiz, pero eso fue lo de menos, porque la guerra estaba hecha ese año contra Martínez Ares, y después de diez años pisando la final, ese año se quedó fuera. Ese año mismamente, escribió un pasodoble criticándose a sí mismo por todos los errores que cometió en el pasado. Martínez Ares sentía que su tiempo en el carnaval ya había terminado, y según él, de haber pasado a la final, habría cantado una letra de despedida, pero la sorpresa de quedarse fuera de la final, no hizo otra cosa que tener una ira por dentro, que lo motivó para estar unos años más.

Pero él ya tenía pensado cambiar, y entre otras cosas estaba cambiar el grupo, pensaba desprenderse de unos cuántos, y tras hablar con su director Ángel Zubiela, y estar de acuerdos los dos, se lo expuso al grupo, pero Ángel en ese momento cambió de opinión, lo que desató una pelea, y prácticamente todo el grupo a excepción de tres o cuatro componentes, se marcharon de la comparsa.

Martínez Ares tenía que buscarse un grupo casi al completo para el carnaval de 2001, el año que sacaría “La niña de mis ojos”, y la que podría ser la comparsa más íntima que el autor ha sacado, llena de rabia por lo que había pasado el año anterior. En el concurso de ese año tuvo con grandes rivales a sus ex compañeros, que ese año salían junto al autor hasta entonces de chirigota Juan Carlos Aragón, pero ese año, “La niña de mis ojos” sorprendió por su puesta en escena, su fuerte presentación, sus increíbles pasodobles, y su genial popurrit, consiguió alzarse con el primer premio. Sus pasodobles más reseñables de ese año, fue a favor de la eutanasia, y una carta que recibe una madre de su hija, la cual, fue violada por su padre. Ese año volvió a salir como cantante, tras muchos años sin hacerlo.

Martínez Ares comenzó a ganar popularidad con su forma de escribir, y algunos cantantes comenzaron a interesarse por su pluma, lo que hizo que comenzase a alejarse del carnaval, a pesar de que él ya sentía que su tiempo se estaba terminando.

En el 2002, pensó en una revolución con tintes caribeños para presentarse al falla. Con una presentación llena de ritmo e instrumentos, y con uno de los pasodobles más sentíos que el autor ha escrito en su carrera, “La Revolución” se llevó el segundo premio, perdiendo ese año contra sus ex compañeros, que ganaron el primer premio con “Los Ángeles Caídos”. Ese año llegó a poner al falla hasta dos veces en pie, con su pasodoble a los abuelos de la tercera edad abandonados por sus hijos, y a la anorexia.

Ya para el carnaval de Cádiz de 2003, Martínez Ares se había trasladado a vivir a Madrid, lo que le hizo casi imposible acudir a la mayoría de ensayos de su comparsa, pero él ya tenía decidido que ese iba a ser su último año, así que pensó en vestir a su comparsa con tintes gaditanos, y con un tipo de marineros, y con el nombre de “Calle de la Mar”, se presentaron en el falla montados encima de la punta de un impresionante barco, ya que todas las calles de Cádiz llevaban al mar. Martínez Ares recoge ese año el tercer premio, y con eso anuncia que se retira del carnaval de Cádiz, a pesar de las peticiones de muchos aficionados para que no lo hiciera. Martínez Ares deja el carnaval, no antes de dejar otras dos perlas en la final para el recuerdo, el primer pasodoble contra la iglesia, y el segundo contra el gobierno y la Casa Real. También ese año pudo sacarse la espinita, y dedicarle un pasodoble a su padre.

En el año 2008 es nombrado pregonero del carnaval, y en un pregón innovador y que no dejó indiferente a nadie, Martínez Ares llenó la plaza de San Antonio con personas vestidas de piratas, como él, y como su comparsa más representativa. Con este pregón, Martínez Ares cierra un fantástico currículum en estas fiestas, tras haber cosechado cinco primeros premios, cuatro segundos premios, y el poder decir, que consiguió innovar la comparsa, y poner al falla de pie en innumerables ocasiones con sus letras.

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